Tal vez uno de los conceptos de los que más se está hablando en los últimos tiempos es el de bitcoin, la criptomoneda libre y descentralizada que permite la transacción directa sin ningún tipo de intermediario.
Dejando de lado su utilidad, uno de los grandes inconvenientes de la minería del bitcoin es que es altamente contaminante por la gran cantidad de energía que requiere para su desarrollo. Es por eso que algunas empresas del sector ya se están poniendo en marcha para paliar este impacto tan negativo para el medio ambiente.
Un ejemplo de ello es el de la compañía catalana Green Data Chain (GDC), que utiliza la energía generada a partir de residuos de una granja porcina (biocombustible) para hacer funcionar los ordenadores que minan bitcoins.
GDC reutiliza residuos porcinos muy contaminantes como fuente de energía para el minado de bitcoins, evitando su vertido directo al medioambiente con la reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y la contaminación de acuíferos que esto supone. Además, la empresa usa unas estructuras creadas a partir de contenedores logísticos donde instalan los procesadores de tal manera que el uso de la energía y la refrigeración sean óptimos.
El equipo de OCA Global se ha encargado de certificar que la energía usada para generar los bitcoins procede íntegramente de los residuos de la granja porcina.
Se considera que los bitcoins generados en la instalación certificada se han generado con un balance de CO2 equivalente menor o igual a cero, ya que se ha verificado que el CO2 equivalente generado en el minado de los bitcoins, es menor al CO2 equivalente que se hubiera vertido al medio ambiente si no se hubiera realizado la conversión de los residuos ganaderos en biocombustible. En resumen, certificamos que estos bitcoins se han generado con un balance negativo de CO2.